Un Retrato de la Corrupción

          Se podría decir que, en el contexto de una situación particular, la corrupción es una actividad que todos los individuos y los negocios deben poner en practica para poder avanzar. La sociedad ideal, completamente limpia, es para los soñadores. Aquellos que comparten este punto de vista indican hacia la experiencia de las compañías norteamericanas las cuales, de acuerdo con el Departamento de Comercio de USA en 1997, perdieron órdenes extranjeras por 15 billones de dólares porque se adhirieron al Acto para Practicas Corruptas de aquel país. Estas compañías pueden mantener su cabeza en alto, son moralmente correctas, pero resultaron ser las más pobres gracias a sus acciones.

          Este argumento parece muy persuasivo. Es un hecho innegable de la vida, ya sea que uno se enfoque en el lado social o comercial del asunto, que en la mayoría de los países la corrupción es una fórmula ganadora para ambos; los que dan y los que toman. La gente que no participa es vista como poco práctica o fracasada. Estamos hablando de la mayoría de los países de este planeta.

          Es una sorpresa para la gente de Europa occidental y de Norteamérica que tan ampliamente se practica y perdona en otros países. Ellos vienen de naciones en donde, por ejemplo, Jimmy Carter perdió dinero por ser presidente de Estados Unidos y Harold Wilson murió casi en la miseria después de haber sido el primer ministro del Reino Unido durante 11 años. Haber juzgado a cualquiera de estos dos hombres más ricos después de su periodo en la administración pública hubiera ofendido hasta la médula a cualquier persona en sus respectivos países excepto a sus herederos.

          Así que la corrupción está ampliamente extendida, esto es aceptarlo con un humor enfermizo como una necesidad por la cuál giran las ruedas de la vida cotidiana. Entonces ¿por qué decir que es mala si ayuda a tanta gente? Para empezar es mala, porque puede iniciar, y ciertamente impulsa y sanciona, una manera de pensar que propaga y mantiene toda actividad criminal. Es, en breve, uno de esos vicios de los cuáles emanan otros vicios.

          Sin embargo , la corrupción no está tan bien delimitada. Hay formas benéficas y maléficas. Pagarle a un oficial aduanal para importar un producto de calidad podría calificarse muy diferentemente a sobornar a un político por construir un prestigioso pero innecesario edificio de oficinas. Pero aún así, no se puede negar que la corrupción es un vicio y que, aún en sus mejores ejemplos puede guiarnos a un terrible desprecio y descontento. ¿Cuales son entonces los efectos de la corrupción? Ya he hablado en un estado en el cual la gente se habitúa a ella y la ven como una molestia necesaria, una situación que afecta el comportamiento y los valores.

          En la esfera de los negocios, una economía que no es honesta o que se entiende que no es así, desalienta la inversión. La gente que hace decisiones en una firma multinacional o el Banco Mundial revisa las marcas negras y decide no poner dinero en una economía que desvía fondos hacía oscuras cuentas bancarias. Recientemente se estimó que un rico surtido de líderes africanos tenía 20 millones de dólares en bancos suizos.

          La manera de hacer negocios es afectada por el hecho de que entre más obstáculos haya, en forma de requerimientos burocráticos, mayores serán las oportunidades para exprimir al inversionista o comerciante esa cuenta extra. Frecuentemente por esta razón hay innecesaria cinta roja en muchos países y esto influenciará el bienestar comercial en general. La primera cuestión que debe ser confrontada acerca de la corrupción, en términos generales, es que, es terriblemente ineficiente. Como se aclaró en la aseveración anterior, parecería que ayuda a la generalidad del mecanismo en el comercio, mientras que en realidad lo debilita.

          Veamos esta cuestión desde varios ángulos. Cuando un oficial recibe cierta cantidad o el porcentaje de un trato, querrá esconder toda la evidencia de su enriquecimiento. Si es listo, no gastará abiertamente el dinero o no lo hará en una manera que pueda ser rastreado de vuelta hacia él. Esto hace a los bancos extranjeros altamente secretos muy felices. El oficial continuará en su muy mal pagado pero altamente rentable puesto, mientras que sus ganancias adicionales no hacen mucho más que, esperar su pronto retiro. Este no siempre es el caso, como lo prueban algunas inversiones ilícitas, sino que es una práctica extendida como lo muestran claramente los 20 millones de dólares propiedad de dictadores africanos que están guardados en bancos suizos.

          La corrupción disminuye la eficiencia de la inversión, pues muy frecuentemente se requiere de cierta comisión para que la inversión en realidad tome lugar. También  es contraria a la justicia que prevé la competencia clara y abierta en el caso en que una mala compañía gane un contrato solamente por ofrecer el soborno más grande. Inversores y donadores internacionales han ardido en el  pasado por poner dinero en países donde el principio empresarial más importante es la falta de honestidad en los negocios. 

          Es un hecho bien conocido que entre más corrupción existe en una economía empresarial, habrá menor inversión con la consecuente disminución de crecimiento. Estos resultados no son regularmente obvios en lugares en donde las creías prácticas parecen ser una necesidad. Pero si se mira la situación con cierta distancia y se observa lo que esta sucediendo en general; en el largo plazo es visible lo canceroso que es la situación de los asuntos. Incluso en un bajo nivel de corrupción, si, aparentemente es exitosa, impulsará otras prácticas ilegales incrementando de esta manera el circulo vicioso de la ineficiencia. 

          Es altamente contagiosa porque parece producir tales riquezas en  muy poco tiempo y con sólo una pequeña cantidad de esfuerzo. El hecho de que los autores no sean llevados a la justicia lo hace mucho más atractivo. En vista de tal éxito, estas prácticas honestas de negocios que llevarían a la economía mas saludable son evitadas como si fueran inapropiadas a la situación y una manera de  perder su porción en el mercado.

          Los elementos que distinguen estas naciones con un bajo nivel relativo de corrupción, de Dinamarca a Finlandia o de Estados Unidos a Australia, son los siguientes; han creado, y no interfieren con un sistema jurídico independiente, una prensa libre, un servicio civil bien pagado (desde oficiales fronterizos y portuarios a policías y colectores de impuestos), y un sistema económico en el cual las compañías deben de competir de una manera razonablemente justa por su segmento en el mercado y capital. Una sicología entre sus ciudadanos que es instintivamente repulsiva a la corrupción sostiene  todos estos elementos; existe, por ejemplo, una marcada sensación de diferencia entre el deber público y la ganancia personal.

       Tales conceptos aunados a lo dicho y escrito por la prensa internacional donde afirman que mas del 50% de los jueces en México son corruptos, que porcentaje de estos están en Tulancingo, y no solo jueces, varios ex-funcionarios de diferentes niveles dicen los paisanos, llegaron como perra flaca y salieron con los cachete$ regordete$,  ahora son prominentes industriales, profesionistas,  lideres de opinión, dirigentes de quien sabe cuantas organizaciones pro, a favor de indefensos, cuasi sanctus, etc... ah, pero al hablar para si mismos, manifiestan, esto debe de cambiar en la región y en el país.

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