Jorge Berganza de la Torre
Curiosidad por las noticias en torno a tu actividad profesional, respeto por el rango alcanzado por tu éxito; cariño por tu actividad personal con tus amigos es lo que, durante más de medio siglo, fomentas en infinidad de personas que ya que formamos legión. * Leyendas por la importancia de tus pacientes que, dóciles ellos, indefensos todos, llegan a tu vera en pos de la luz perdida, tu materia prima, con la que realizas portentos técnicos fruto de una férrea disciplina y voluntad a toda prueba. * La envidia, egoísta siempre, dice que las filas largas y madrugadoras de pacientes esperando tu atención, es por llamar atenciones superiores, para abonar tu fama y fomentar el mito de los prodigios de tus manos y talento comprobado. Nada más alejado de la realidad, mucho más esplendorosa que la mayor falacia. * El camino recorrido para reunir estos puntos culminantes, es largo y repleto de incertidumbres, miedos, rechazos en pugna con tu tenacidad para instalar, en Tulancingo, un sitio que parecería santuario de peregrinos llegados de confines lejanos y multiplicidad colorida, buscando ese toque que tanta presencia te ha traído. *
Este impecable desempeño profesional lleva sucediendo más de medio siglo, lo que no te priva de volar, cabalgar, viajar, leer, estudiar y reorganizar tu terruño en tres años para dejar constancia de cómo se hacen las cosas cuando hay determinación y apego por una causa, más allá de los interese particulares, limitantes, confusos, siempre de pobres resultados. * Verte caminar por las calles de Tulancingo, ágil, erguido, recibiendo el saludo respetuoso de tus paisanos y amigos -casi todos- es una costumbre a la que no debes renunciar, pese a que ahora tengas algunas calamidades, propias del tiempo, que puedes compensar ampliamente si llegas, como es tu hábito, a tomar un café y charlar sobre las veleidades cotidianas, recordar tus aventuras que dan para un compendio, de tus tiempos de estudiante en España, tu gusto por la Historia y el rebuscar en los archivos de Salamanca, detalles que dan sentido a muchas cosas que ahora suceden pero ignoramos su cuna. * Por esto y tanto más, Jorge Berganza de la Torre, no te dejes llevar por el momento y la sisa de facultades, que a nadie perdonan, pero que sí extrañamos tus amigos que ya formamos legión. *
Tulancingo de Berganza, octubre 26/2009
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