Sin
temor a la versatilidad
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Héctor
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Héctor
Bitar/FOTO:
GABRIELA LÓPEZ
Por CECILIA NORMA /
Grupo Reforma
Para Héctor Bitar, a quien sus amigos llaman de
cariño el "Doctor Bitar", las aspiraciones personales y
profesionales, además de la búsqueda de sí mismo, son algunos de los
retos que desea enfrentar y reflejar en su vida diaria.
Con una enorme sensibilidad hacia diferentes expresiones artísticas y una
personalidad carismática con la que logra cautivar amistades, son sólo
algunas de las características que lo definen.
Es el hijo mayor del matrimonio integrado por Héctor Bitar Haddad y Ana
Perla del Villar de Haddad cuenta con 32 años de edad, y actualmente
comparte su departamento con su única hermana Ana Perla, con la que
mantiene una buena amistad.
En lo personal
¿Cómo es tu relación familiar?
Es excelente, desde que éramos chicos mis papás nos enseñaron ( a él y
a su hermana) a tener una muy buena comunicación entre nosotros y por
eso, a pesar de ser los cuatro muy diferentes, nos llevamos muy bien.
¿Cómo te defines?
Soy una persona muy analítica, pues me gusta analizar varias opciones y
sacar mi propia conclusión en todos los aspectos de mi vida. Me considero
inteligente, sensible y versátil.
¿A qué atribuyes el poder de convocatoria que tienes en la vida
social?
Me encanta conocer a las personas y aprender de ellas. Siento que he
sensibilizado mucho este campo de la relación interpersonal, a través de
la cual te enriqueces como ser humano.
¿Cuál es tu idea de una noche divertida?
Conocer gente interesante y pasarla muy bien con ellos, pero la mejor
parte es cuando uno logra ver a las personas tal como son y no lo que
aparentan.
¿Cuál es tu mayor pasión?
La belleza en todos sus campos, la estética tanto en los seres humanos
como en los paisajes y las obras de arte, ya que la belleza representa
para mí proporciones perfectas y éstas se encuentran estrechamente
ligadas con la inteligencia y la espiritualidad.
Se involucra en el diseño y se apasiona por lo arquitectónico
Al finalizar sus estudios de bachillerato en el Instituto Cumbres, Héctor
decide estudiar la carrera de Administración de Empresas, la cual
concluye con gran éxito, sin embargo, años más tarde se involucraría
con el diseño de interiores y la construcción, así que entusiasmado por
explorar estos dos nuevos campos de acción, se inscribe en la Escuela de
Arquitectura en la Universidad Anáhuac y finaliza sus estudios en
diciembre del 2001.
¿Qué te gustaría aportar a la arquitectura mexicana?
Me interesa retomar los valores y los materiales que la caracterizan y
sumarlos a mi propia personalidad, aunque siento que en esta época la
arquitectura ya se ha vuelto muy global, también influyen muchos factores
como el lugar y el tipo de cliente para poder hacer un proyecto.
¿Cuál es tu sueño de proyecto?
Un auditorio o algún complejo que involucre centros de exposiciones de
arte, ya sea de pintura o escultura.
Me encantan las obras a menor escala como galerías, tiendas,
restaurantes, casas o departamentos, pues son más personales y esa idea
me agrada porque tienes un contacto directo con la gente y aprendes mucho
de su manera de vivir, sus gustos, y en base a éstos creas espacios de
acuerdo a su personalidad.
¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro profesional?
Aunque hace unos meses concluí la carrera, tengo algunos proyectos en
puerta como el hacer un hotel en Tulum, en el que participó con otros dos
arquitectos, Salvador Nava y Miguel Gómez. En este caso el cliente quiere
espacios muy detallados, abiertos, con cascadas y espejos de agua, también
busca que al llegar allí te enamores del lugar.
Me siento afortunado, porque hasta ahorita siempre he tenido gran libertad
en los proyectos que se me han dado.
¿Qué les recomendarías a los jóvenes que desean estudiar esta
carrera?
Que viajen y observen muchísimo no sólo la arquitectura, también todo
lo que está involucrado con el diseño y ser muy constantes porque es una
carrera muy demandante, se necesita tener mucha vocación y compromiso
contigo mismo.
Considero además que uno debe tener sensibilidad, buen gusto,
creatividad, imaginación y mucha paciencia.
Siempre en contacto con las imágenes y las pinceladas
Héctor recuerda que desde niño su familia lo llevaba a visitar galerías,
exposiciones y todo aquello que estuviera ligado con las diferentes
expresiones artísticas, debido a que ellos se caracterizan por sentir una
gran pasión hacia estos temas.
Por lo tanto, su incursión en la fotografía comenzó como un pasatiempo
a los 17 años y poco a poco se ha ido adentrando en el mundo de las imágenes,
en donde ha encontrado la forma de plasmar las cosas que considera únicas.
¿Qué significa para ti la fotografía?
Captar o crear momentos que no se van a volver a repetir, pero también
transmitir ciertas emociones al espectador.
Me llama mucho la atención la fotografía artística, pues recreas tú el
espacio y el ambiente, sin embargo también me encanta retratar a la gente
de manera espontánea, sobre todo, en eventos sociales porque en este tipo
de lugares se rompe con lo rutinario, por ello la gente se viste, se
arregla y convive de una manera totalmente diferente a como es en la vida
formal.
Al comenzar a involucrarse con gente relacionada con el arte que lo
invitan a participar en exposiciones, Héctor, vuelve a sentirse sumamente
atraído por la pintura, por lo que decide compaginar las dos facetas con
gran entusiasmo y creatividad.
Cuando era chiquito recuerdo que mi familia y yo pintábamos en el jardín
de la casa todo los domingos, cada quien con su caballete, desde entonces
me ha llamado la atención explorar este campo desde diferentes
perspectivas.
Un tiempo lo deje y me dedique a otras cosas, pues trato de experimentar
todo lo que llama mi atención pero hace menos de un año empecé otra vez
a pintar en óleo, así que hoy estoy trabajando en una presentación que
se tiene programada para el mes de septiembre de este año y la cual me
tienen muy entusiasmado.
¿Qué pretendes transmitir por medio del arte?
Primordialmente sorprender, hacer reflexionar, que la gente se ría y
causar diferentes emociones en el espectador para que cada foto o pintura
le transmita algo diferente.
Para Héctor su mayor reto fue presentar su primera obra, pues era algo
muy íntimo y personal que ponía al los ojos del público, quien juzgaría
su trabajo, pero una vez superado y le ha brindado la oportunidad de
retroalimentarse.
Por último, el artista y arquitecto, la base del éxito se encuentra en
la disciplina diaria, sin ella asegura sería imposible dar lo mejor de sí
en las áreas en las que se desenvuelve.
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