Eduardo Delgado Rosas México D.F.
Por : Andrés Escoto Delgado El hermano del Lobo

En la noche, el agua de la laguna, agua divina en el pensamiento indígena, se extendía hasta comunicarse con el cielo; se prolongaba en la bóveda celeste y se confundía con ella. En la oscuridad era como azul agua celeste ó un inmenso cielo acuático.

Primera Etapa
En una diversa tierra de montañas con planicies, desiertos con selvas, de frío y de calor. Donde se forma un mosaico de paisajes naturales con bosques, lagunas, cascadas y ríos. Se realiza por cuarta ocasión, uno de los eventos internacionales más importantes, el apasionante "Extreme Adventure Hidalgo 2005"…- Repetía la italiana, al escuchar la radio en la camioneta gris.

Miércoles 23 de febrero, un gallo cantaba y amanecía en el mágico "Corredor de la Sierra y la Huasteca". Más de 120 atletas de diferentes países desafiaban a la naturaleza. Y esa vez, ED, originario de la ciudad de México, no podía faltar. La travesía era extenuante, tenían que recorrer más de 350 kilómetros de distancia. En una rica y extensa belleza natural con impresionantes paisajes, un rústico hotel alojaba a los equipos protagonistas.

-¡Otra vez no hay agua caliente en la regadera!- dijo ED a su coequipero.

-Si quieres,- respondió- ¡Ponemos a calentar en una olla!..., ¡Como los rusos en verano!

- No, ya no tenemos tiempo,-replicó- la carrera ya va a empezar, ¡Llévate el plano!

El rápido duchazo le enchinaba el velludo cuerpo, ED, estornudaba, se reconfortaba. En el cómodo cuarto blanco con vista a la montaña, había estado muy pensativo. Con el agua helada recordaba el sueño que había tenido y mirándose al espejo imaginó:

-En la laguna, siento en mis piernas una corriente que me jala hacia el fondo, hay un remolino y me dejo llevar hasta donde el agua azul choca con la roca, y ahí, veo grabada la figura de una mujer joven, desnuda, de largos cabellos ondulados, como las olas del mar.

ED, ingeniero mecánico de carrera, a los 40 años era un joven fuerte y atlético, por su capacidad de sacrificio, tenía una vertiginosa trayectoria en el Deporte Aventura. Su pasión: El ciclismo de montaña, el escenario: La Madre Naturaleza.

La primera etapa de 12 horas, comenzaba en la Minera de Autlán, municipio de Molango. En la fresca mañana inundada por la neblina, una parvada de pájaros cruzaba el cielo. Los competidores arrancaban con el Trekking; en el numeroso grupo compacto, sobresalían playeras blancas, gorras y lentes obscuros. Los atletas cargaban sus pesadas mochilas, trotaban y corrían por veredas y montañas. Un aspecto crucial era saber orientarse y como moverse en un terreno desconocido. El baño de agua fría le activaba la circulación a ED, sentía las piernas más ligeras, corría mejor. Los competidores, algunos con piedritas en el tenis recorrían el Cañón por bellos paisajes naturales. Y acelerando el paso, llegaban al agradable poblado de Tamala.

Integraban los equipos tres atletas y rápidamente ED se colocaba un chaleco salvavidas naranja y tomaba su remo de Kayak. Se embarcaban y remaban por las aguas del río claro entre bejucos, juncos y tules. Al medio día, con el sofocante calor en las montañas, llegaron a La Florida, en el municipio de Lolotla. Un resplandeciente sol se reflejaba en la laguna. Y seguía la prueba clave de la etapa inicial, el recorrido a campo traviesa en Bicicleta de Montaña. La italiana, estaba lista, esperaba al corredor y tranquilamente dijo:

-Llegamos con dos días de anticipazione a la competenza, pertenecemos a la squadra mountain bike, pero para esta aventura sin límite, como dicen en la tele, somos del equipo "México Explora". Dicen que los equipos a vencer son los australianos, los gringos y los suecos, ¡No sé si vengan mis paisanos!

ED, el joven ciclista de obscuros lentes deportivos, estaba listo para arrancar, se acomodaba la mochila negra y veía su reloj. Lucía un vistoso jersey verde con vivos rojiblancos .Tenía puesto un aerodinámico casco rojo, estaba montado con su licra blanca en una fina y veloz bicicleta.

-Approssimativamente tre anni fa, che conobbi a ED, un joven disciplinado, desde la primera vez que salimos nos identificamos. Al principio no lo aguantaba, estaba gordito, pero con la dieta, el gimnasio y los alimentos balanceados, molti chili ha abbassato! Ahora es atractivo y ligero, con una cintura que le envidian sus compagne ciclisti. Lo único que no me gusta, es que ya casi no come pizzas, spaghetti, ni ratatouille, solo toma cerveza con Zacahuil!- exclamó la extranjera.

La italiana, era muy competitiva, había llegado en piezas importadas de un país industrializado, de la città delle biciclette, Milán. Situada en una península alargada, bañada por mares y dividida por cadenas montañosas. Era famosa por il calchio, la representaba a nivel mundial la squadra azzurra, para los tifosi, orgullo nacional. La bici además era atractiva, de color rojo quemado y nacarado con gris, tenía pedales de contacto y un cambio de 27 velocidades.

Y daban el banderazo de salida, entre gritos y camarógrafos iniciaban el circuito. En aquél hermoso día, bajaban hacia el norte por una estrecha vía de asfalto y llegaban a la carretera federal, iban rumbo a la Huasteca. Los coloridos ciclistas corrían en llamativas bicicletas por la Sierra Baja, ¡Era espectacular! Rodaban veloces por curvas y rectas, ED, cambiaba de velocidades y vertiginoso pedaleaba por un largo tramo. Él y la italiana con vivacidad y energía se elevaban; como uno solo en la pista 100% rodable, se fortalecían. Hasta que en la Sierra Alta, empezaban a subir por un camino de terracería a la imponente montaña, su gran reto.

El Río Claro bajaba a la laguna y ED, enfrentaba a la pendiente con su brillante bicicleta. En el ascenso de la empinada montaña, hábilmente manejaba por angostas veredas, polvosas brechas y caminos de curvas peligrosas. Por la soledad y la quietud del entorno natural, al deportista se le agudizaban los sentidos. Y la italiana prosiguió:

-El bambino, en su empresa tecnomaq, me armó con ingenio y cariño, me siento como una bici robotizada, pero a la vez umanizzata! Él nació para pedalear y me creó, per insieme circolare. El es mi ciclista y yo la sua bicicletta! El equilibrio entre nosotros cuando rodamos es mágico. ED, el joven Delgado que me hace rodar, volar y soñar. Quello di affeto mi dice Fodri.

El ciclista, a través de sus lentes miraba el camino de hojas sueltas, pedaleaba y se recreaba con la exuberante vegetación. Luminosos rayos solares penetraban levemente el follaje de los grandes árboles; de frescas ramas y vigorosos troncos. Una ardilla trepaba, otra ágil saltaba. Y por el sendero, rodaba y frenaba la itálica bicicleta, de rines negros y anchas llantas francesas.

-Mi espíritu competitivo lo tengo profundamente radicato nel quadro, no puede el sol quemarlo, ni el agua humedecerlo. Es il gran pezzo principale! Pero con las que ED, tiene más contacto, son: Il mio sédele, il mio manubrio ed i pedali! Con mi asiento, yo lo cuido mucho, aunque a veces por el tiempo que dura montado, es inevitable che esca rosato!- señaló la italiana.

ED, respiraba aire puro del bosque con olor a pino, rítmicamente inhalaba, se inspiraba. Las flores lilas y amarillas adornaban el paisaje y con su aroma perfumaban la vereda. Laboriosas abejas flotaban. Él pedaleaba y sonrió, a su mente llegaba el agradable recuerdo de sus dos niñas; procreadas con Marcela, su esposa y bautizadas con agua bendita, ¡No de mar! Y pensó:

-Lo que más me duele de la separación, son mis hijas, con su color de Rosas y la sonrisa, alegran el hogar, me preocupa la enfermedad de Anamar y también Mariana, por ser la menor.

Con sus sensibles oídos, ED, escuchaba y gozaba el canto melodioso de las aves y el trinar de los pájaros. Disfrutaba al atardecer y sentía en su piel el húmedo calor de la montaña, el sudor recorría su silueta y mojaba la ajustada licra. Rodaba y apretaba con sus guantes rojinegros el manubrio de su bicicleta. Sus vigorosas piernas pedaleaban por una brecha de piedra suelta.

-Siempre me acaricia el manubrio, pero me gusta más cuando me aprieta con sus manos, quando saltiamo! Mis pedales son especiales, con los zapatos de ED nos unimos, ci sentiamo uno solo! Sin bici, no hay ciclista y sin él, no ruedo y mi ossido! Pero sin llantas, he soñado que me transformo en bicicleta espacial, flotamos, me salen alas, e voliamo!- exclamó la italiana.

ED, percibía la suave brisa del manantial que refrescaba todo su ser. En la cascada, gozaba el sonido, la atmósfera, el paisaje y los iones felices que favorecían la salud, el relax. En cuerpo y alma, su espíritu combativo lo acercaba a Dios. En medio de blancas nubes, el joven ciclista encontraba la luz y alzaba su bicicleta triunfal en la cima de la montaña.

-Siento como el transparente aire recorre mi contorno; me refresca cuando los rayos solares queman, por eso estoy rossa e bruciata! ED, con pundonor, está haciendo su máximo esfuerzo en la carrera. Está decidido a ganar ed essere vincitore, eso me entusiasma y me hace hasta derrapar. Porque es un honor, poder oír y cantar, ¡Mexicanos al grito de gueeerra!- añadió la bici.

Él, le daba un merecido descanso a sus bronceadas piernas. De la mochila, sacaba su ánfora con bebida deportiva, pero prefirió tomar agua. Mariposas de colores posaban. ED, con vista panorámica de la fresca cañada, cambiaba de lentes. Y revitalizado, iniciaba el descenso con una bajada técnica; en la escabrosa barranca saltaban y frenaban ante piedras, ramas y raíces.

El agua ya se había condensado y el cielo estaba nublado. Él, descendía en su bici, mientras arroyos cristalinos alimentaban a la laguna. Las aguas, con el exhalar del viento mecían y bañaban al islote, como el del escudo nacional, pero, ¡Sin águila y sin nopal! Refugio de peces, serpientes, aves y ranas, que empezaban su croar. Era un sitio acuático…, ¡Paraíso terrenal!

A través de sus lentes claros, ED, veía el perfil del enjambre montañoso que se perdía en la neblina. El cauce del río claro los guiaba y las nubes grises los acompañaban. Empezaba a obscurecer, truenos y centellas súbitamente aclaraban el paisaje; una leve llovizna caía. Prendió su lámpara frontal de la bicicleta y el rojizo estrobo montado en la parte trasera. Y la italiana dijo:

-Me siento iluminada y protegida, porque en la bella noche, la luz es nuestra guía.

Bajaban por un húmedo y oscuro camino, algunos ciclistas resbalaban y caían. Y llegaban a un tramo de terracería bordeado de sauces, entroncaba con la carretera federal, era de noche, ya no llovía. Eso le permitía al pelotón rodar por curvas peligrosas. A lo lejos se veía el agradable y sentimental resplandor de Huejutla. Corazón de la Huasteca hidalguense, colindaba con la potosina y la veracruzana. ED, pedaleaba en medio de ciclistas extranjeros y llegaba sonriente con el puño en alto. Terminaba en la plaza central de un lugar alegre, tierra de huapangueros y de bailes, el ambiente era festivo. Lo esperaban la cena y la regadera, posiblemente, ¡Calientes!

Segunda Etapa.
ED, empezó a rodar como guerrero de fin de semana en senderos del parque Los Dinamos. Donde recorría la cañada, el único río vivo de la capital, el Magdalena, en la delegación de Contreras, pulmón de la gran ciudad de México. Que sufría hundimientos y estaba sedienta por la sobrexplotación de mantos acuíferos y la carencia de agua. Pero cuando llovía en el Valle, casi su totalidad se iba por las coladeras, precipitada corría y se perdía en el drenaje.

-Juntos disfrutamos experiencias, estamos unidos en las buenas y en las malas; la nuestra, es una gran relazione fraterna! Los fines de semana salimos solos ó en grupo, casi no andamos en las calles de la ciudad, ci siá molto traffico! Nos agrada más ir a la montagna y flotar en el cielo, disfrutar del viento, el sol, la lluvia y de la tranquilidad de los caminos. Paseamos ó nos trasladamos, sempre insieme! - reiteró la italiana.

-En la región serrana, está Molango, que en náhuatl quiere decir "Lugar de Mole", pueblo considerado como uno de los más hermosos y pintorescos del estado de Hidalgo. Enclavado en un amplio valle rodeado de vegetación y de un bello paisaje,…- decía ED, cuando reporteaba.

Ahí, seguía la fiesta, era jueves 24 de febrero, día de la bandera nacional, no había clases en las escuelas. Con música folclórica y banda de guerra, los competidores desfilaban uniformados con vistosos pants; a su paso, niños de blanco hacían valla y ondeaban banderitas tricolores.

-Y a 6 kilómetros del poblado, llegamos a la "Laguna de Atezca", en náhuatl Espejo de Agua, en el centro tiene una pequeña isla, está rodeada de espectaculares paisajes y una cristalina cascada- añadió ED.

El joven atleta, se sentía cautivado por la atractiva pero aventurada charca, la fotografió desde el barandal del Mirador. La segunda etapa de 24 horas, era la más dura de la competencia. Para los deportistas era el reto mayor y comenzaba en la fría mañana, con un kilómetro de Nado Libre en la helada laguna. Él disfrutaba nadar, tenía resistencia y buena coordinación, con su esbelto cuerpo se deslizaba como pez en el agua. Y contemplando el paisaje natural pensó:

-Al sumergirme, siento como el agua clara acaricia mi cuerpo, me imagino cuando estaba tranquilo en el seno materno, flotando en el líquido que alimenta las células y baña los tejidos.

Los equipos ya estaban casi listos, la gente alrededor a la expectativa, los restaurantes temprano atendían y las lanchas de los lugareños en la ribera. ED, del equipo "México Explora" con traje de baño azul marino, se movía, calentaba y se colocaba sus transparentes goggles. Los nadadores estaban por salir, caminaban y se colocaban en el límite del pequeño muelle de concreto. Y al disparo de salida, de un clavado, ¡Se zambullían!

Nadaban con vigor y energía por las tranquilas aguas, no había viento, pero estaba fría. Brazada a brazada, los nadadores avanzaban y la distancia se acortaba. Rápidamente llegaban a media laguna. Los extranjeros sacaban ventaja de su patada, sin embargo ED, de cerca los seguía. Pero corrientes de agua turbia, ¡Ya no le permitieron nadar! Sus piernas eran jaladas por un agresivo remolino, la respiración era agitada. Salía y se hundía. Atrapado pidió auxilio, desesperado alzaba sus brazos. Sofocado se sumergía y emergía. Sentía una opresión y fatiga en el pecho, ¡No lo dejaba respirar! En medio del cuerpo de agua, luchaba contra la salvaje corriente, pero él, por más que hacía, ya no podía flotar...

En el puesto de control, los entrenadores y el staff, ya esperaban a los equipos; uno a uno, los competidores iban llegando. Rápidamente se secaban, se cambiaban y se equipaban. Tenían que continuar su carrera hacia la comunidad y municipio de Juárez. Pero el equipo "México Explora" no salía completo, los coequiperos se extrañaban y uno de ellos preocupado dijo:

-Para ED, mil metros de Nado Libre, es uno de tantos retos y riesgos que nos esperan, por su capacidad física, si Dios quiere, todavía puede llegar.

La leyenda decía, que en el fondo de la laguna, había una sirena por la misteriosa desaparición de algunos hombres y un campesino de tez morena, camisa blanca y sombrero de palma, Incrédulo interrumpió a los medios: -¡Que no sabían los organizadores! En el pueblo todos saben que de la laguna, muchos, ¡No han salido! Que yo sepa, ninguna mujer ha desaparecido, dicen que a la sirena solo le gustan los hombres jóvenes, mi compadre era pescador, en las mañanas sacaba carpa y lobina, un día estaba borracho, se metió y se ahogó, era ahijado del presidente municipal.

Pero el joven atleta profesional, con amplia experiencia, no llegaba, desaparecía. En el embalse tampoco había salvavidas, los patrocinadores se desentendían, la televisión enmudeció y paralizada, adormecía las conciencias. Pero en la colina, había un testigo y vigía. El Mirador. En la noche y en el día, flotaba en la media luna de quince metros de diámetro. Desde el barandal de piedra contemplaba el pueblo ó "cerro de agua", la laguna y al fondo la serranía.

A pesar de la angustia y el dolor de sus compañeros; el espíritu deportivo de los competidores los mantenía en la lucha, seguían la aventura y el otro de sus coequiperos contrariado dijo: -¡No puede ser! Apenas anoche cenamos, estaba pensativo y lo acompañe en Molango a la caseta telefónica, primero trató de hablar a México con sus hijas, después con su mamá, pero solo pudo comunicarse con su novia.

Para tratar de aliviar la soledad por la desintegración familiar, ED, se refugiaba en el Deporte Aventura. Tenía una intensa actividad física y recreativa en el medio natural. Creaba su propio mundo y conocía nuevas amistades. El trabajo en equipo era fundamental, así como el conocimiento técnico, practicaba varias disciplinas.

Además reporteaba los eventos, con su cámara fotográfica captaba instantes y robaba sonrisas. En la red Internet, había fundado el sitio de mountain bike, donde con textos y fotos comunicaba a los ciclistas de competencias estatales, regionales y del serial nacional. Y así, pedaleando y chateando conoció a su novia Julieta, joven y guapa ciclista, la trató, y juntos empezaron a rodar en la montaña.

-Ten calma, no está tan difícil, tú puedes hacerlo – un día le dijo ED, con voz suave y una alegre sonrisa.

El Extreme Aventure, continuaba en un lugar de manantiales; rodeado de bellísimas montañas, el municipio de Juárez. Y en medio de la precipitación pluvial, los competidores tomaban sus bicicletas en Cruz Verde y ED prosiguió: -Me gusta ver llover en la montaña, los torrentes bajan por el río y otra vez regresan a la laguna, pero también, las lluvias extremas provocan desbordamiento de ríos, inundaciones y deslaves.

La prueba sería complicada por el mal tiempo, el asfalto estaba mojado y resbaladizo. La italiana como europea, no le importaba el clima, estaba acostumbrada, solo esperaba a ED y comentó:

-Cuando llueve a media aventura, empapados quedamos, como cuando recorremos una larga vía. ED, il mio compagno ed amico. Me cuida y me protege, no le agrada verme sporca ed inzaccherata, después de una larga jornada, pero cuando me baña, desperdicia mucha acqua!

En Metztitlán, Lugar de Luna en náhuatl, los coequiperos del "México Explora" desafiaban las bajas temperaturas. En plena noche, con chalecos salvavidas fluorescentes, abordaban su Kayak. Remaban en aguas aparentemente tranquilas, donde se practicaba la pesca deportiva, había bagres y carpas. La laguna, estaba rodeada de montañas y altos árboles de nogal. Y uno de los atletas, con lámpara frontal en su casco rojo, dijo:

-No me siento bien, remamos con mucha dificultad, no avanzamos, hay muchas corrientes encontradas; sin querer, nos desvían de la ruta, estoy desorientado, mis brazos están cansados, el remo lo siento más pesado y contra la corriente, cada vez siento más frágil la canoa.

-Sí, -respondió- yo también me siento mal, estoy mareado, no nos vayamos a voltear, porque si la corriente nos lleva, naufragamos, por eso, a la luz de la luna, no hay que dejar de remar, ¡Tenemos que avanzar! Si no, con la fuerza de esta corriente, nos estrellamos en las rocas.

La influencia de los astros sobre el agua y la regencia del satélite sobre los líquidos, principal componente del organismo, se manifestaba. Y con brillantes estrellas en el firmamento, en Santa Mónica, los competidores tomaban de nueva cuenta sus bicicletas y la italiana reiteró:

-No es la primera vez que me deja colgada, siempre que pasa, pienso lo peor, pero cuando llega me siento confortada y no sé qué haría sin ED, ciclisti hay muchos, pero como él, ninguno.

El espíritu de ED fugazmente llegaba, flotaba y se dirigía a su querida bicicleta, que se iluminaba con su presencia. Y sonriente, con una voz suave y cariñosa le dijo al oído: -Fodri, discúlpame, no fue mi intención dejarte plantada, tuve un imprevisto y no pude llegar, te prometo que no vuelve a pasar, no sabes cómo lo siento, porque tú a pesar de todo, ¡Siempre me esperas!- y la bici emocionada respondió:

-Dio mío! No sé qué decirte, pero ya no siento tu corpo affaticato, al contrario, lo siento más ligero, renovado y ¡Hasta iluminado! ED, desde hoy, tú ya no eres el mismo, eres mejor,... avanti!

En la oscuridad, el espíritu de la italiana lentamente se desprendía del brillante cuadro,… flotaba y elevada añadió:

-Ya participan más féminas en la competencia y que bueno, porque es un mito que somos il gentil sesso, nacimos para resistir, por eso dicen, ¡Que aguantamos más!

Ellos, deseaban continuar la carrera, pero en la penumbra, ¡No podían! ED, inquieto, quería regresar a la laguna y la incansable Fodri se quedaba en el camino. No seguían al pelotón de bicicletas, que con lámparas y estrobos, alumbraban la senda. Los veloces ciclistas, con brillantes cascos cruzaban Cerro Colorado, el Puente de Dios y llegaban al Molino. Donde en Trekking, ED, confundido y sin brújula, perdía a su equipo en veredas y caminos. Mientras en los cerros, los atletas ágilmente saltaban charcos y brincaban rocas. Y en medio de exuberantes bosques y reservas ecológicas, llegaban trotando al municipio de Mineral del Chico.

Y seguía el espectacular Rappel, en Las Tandas; como arácnidos, los competidores ascendían y descendían con cuerdas en paredes rocosas. ED, flotaba en la densa neblina que complicaba la Tirolesa; por medio de un cable con poleas y arneses, sus coequiperos, con mucha dificultad atravesaban de un punto a otro en Las Monjas. Y los equipos extenuados, finalizaban la larga jornada en la Plaza de Mineral del Chico. Precioso pueblo minero, donde predominaban las viviendas construidas con adobe, tabique y madera.

Tercera Etapa.
Viernes 25 de febrero, último día para finalizar la aventura, era la etapa más corta, 6 horas y cualquier cosa podía pasar. Los equipos iniciaban con el Trekking y continuaba la competencia. Los guerreros, con huellas de la batalla en sus rostros, iluminados por rayos solares, corrían sin parar. La belleza de los paisajes que recorrían era indescriptible. Y era solo una montaña, una vereda, un camino, un bosque. Donde encontraban formaciones rocosas, valles empastados, lagunas, miradores,… un río.

Las aves en el cielo volaban con sutileza y en la terracería seguían la ruta en Bicicleta. Los ciclistas pedaleaban en sus polvosas y fieles compañeras. Pero eso nada importaba, los espíritus combativos rodaban y seguían su destino. El disminuido pelotón se acercaba rápidamente al entronque de la carretera principal. Al llegar, velozmente se dirigían al sur, rumbo a la capital. ED y su italiana, por fin se encontraban, seguían de cerca a los punteros y él dijo: Fodri, tu sabes que ya no los podemos alcanzar, pero nuestra misión es, ¡Terminar la carrera!

Con una espectacular llegada, entre porras y gritos que los alentaba, entraban a Pachuca, La Bella Airosa. Los líderes pedaleaban a toda velocidad por las calles del centro de la ciudad. Y ciclistas extranjeros, vertiginosos cruzaban la meta en la Plaza Independencia, al pie del Reloj Monumental. Los ganadores, con lágrimas en los ojos, eran los australianos del equipo "Montrail".

La mágica noche llegaba a la montaña, en la cima, el Lobo aullaba. En la inmensidad del cielo, las estrellas brillaban. Revivían el simbolismo del Alma con la Luna, que se veía reflejaba en la laguna. La cita con el destino, estaba señalada por Dios, el creador del Universo. Pero a los espíritus nobles y sinceros, les permitía dejar huella; haciendo lo que más disfrutaban, competir, pero siempre, ¡En buena lid!

-Bambino, ahora siento un cambio, pero, ¡No de velocidades! Es una fabulosa trasformazione, unidos nos desplazamos en el infinito y alla luce della luna, seguimos nuestro camino- Terminó diciendo Fodri.

Mientras tanto, en la página mountainbike.org.mx, en medio de una montaña donde surgía un arcoíris, aparecían varios comunicados. Eran mensajes de incredulidad, asombro, sorpresa, angustia, preocupación, dolor, tristeza, así como de pena y de gloria, entre ellos, estaba la siguiente leyenda:

Eduardo, después de la inesperada noticia y por el distanciamiento familiar, no sabía cuál iba a ser mi reacción. Pero ahora que te descubro, con tu juvenil rostro y una sonrisa triunfal, sinceramente, me hubiera gustado convivir contigo. Acompañarte en la montaña, correr a tu lado ó bien ayudarte con la mochila y cuidar tu bicicleta. Lamento profundamente, no haberte visto competir y abrazarte en la meta. Sin embargo campeón, el consuelo que me queda, es que nada más,… te adelantaste en La Carrera.