ROBERTO TELLO ORTIZ Nació
el 27 de agosto de 1891 en el Municipio de Huasca de Ocampo, Estado de Hidalgo.
Sus padres fueron el Sr. Don José Tello Escorza y la Señora Doña María de
Jesús Ortiz Melo. Su progenitor fue un hombre ligado al campo y a la charrería,
depositario de todos los secretos relacionados con el difícil arte de educación
y manejo del mejor amigo del hombre
“El Caballo”. A
los diecisiete años Don Roberto Tello Ortiz, dada su formación y seguridad en
sí mismo fue llamado por el Señor Vanduzen, representante de la Compañía
Real del Monte y Pachuca y propietario de la Hacienda de Cuyamaloya, Municipio
de Singuilucan, Hidalgo, para que la administrara, durando en este empleo doce años.
En esta finca llena de ganado vacuno y caballar don Roberto tuvo la oportunidad
de lazar, herrar, capar, curar, amansar y manganear con singular maestría,
destacando como un verdadero charro a quién se le admiraba por su elegancia en
la difícil suerte de colear. En
1916, contrajo matrimonio en esta ciudad con la distinguida Señora Clemencia
Desentis Villegas, habiendo procreado una numerosa familia sumamente estimada y
ligada al acontecer histórico de su pueblo en sus más significativas
tradiciones. Vivieron diez de sus hijos: Clementina, Roberto, Jorge, Celia, José,
Elena, Carlos, Héctor, Marcela, Yolanda y tuvo más de cuarenta nietos. Arriba
de su caballo tordillo, Carbonero, Don Roberto Tello Ortiz, ponía elegancia en
sus movimientos y en cada tranco del penco espacios de bizarría y eficacia
adquiridos y templados en las vicisitudes de su vida campirana. Tenía este
gallardo charro un carácter abierto y sincero sin dobleces de ninguna especie,
su palabra era aval de rectitud, sus actos ejemplos de dignidad y honradez,
siempre se hizo estimar por cuantos lo trataron. Sus cualidades de ciudadano fueron ampliamente reconocidas y aprovechadas: durante tres períodos fue electo Presidente Municipal de esta ciudad, en 1920 -1922, 1925 – 1927 y 1958 – 1960. Ha sido reconocido por sus conciudadanos y por el pueblo; supo por sus propios merecimientos y su recuerdo es motivo de profundo respeto y distinción entre todas las clases sociales. Fue un buen hijo, un buen hermano, magnífico esposo, padre ejemplar y como amigo no tuvo precio. Murió
en la ciudad de México el 18 de diciembre de 1973. Agradecemos el apoyo de Berta Tello, hija de Jorge Tello Desentis, pues sin ella, ésta biografía estaría en el limbo... Agradecemos
el apoyo de Héctor Tello Rodríguez, hijo de Héctor Tello Desentis, por
contribuir con datos para ésta
biografía...
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